jueves, 4 de enero de 2018

Feliz 2018

Dicen que la falta de noticias son buenas noticias pero creo que este dicho no se aplica al caso de la ausencia de entradas en un blog. Y es que el silencio suele ser signo de que algo ha cambiado; no tiene por qué ir necesariamente mal, pero seguro que no va igual.

Han pasado dos meses y medio desde mi última entrada. Estaba animada y había retomado un plan de entrenamiento para maratón que seguí escrupulosamente durante 7 semanas. Pero un día, de repente, me levanté de la cama y no podía ni andar debido a un fuerte dolor en la parte exterior del pie izquierdo. Tendinitis del peroneo, en el mismo pie donde tuve el esguince hace unos meses. Parón total desde entonces, ya que no podía ni ir en bicicleta, ni siquiera caminar, al no poder apoyar el pie en el suelo. Intentando tomármelo lo mejor posible, pero con una carga de mal humor importante, sobre todo pensando en los días de atracones navideños que se nos venían encima y que otros años compensaba con salidas largas los días de fiesta.

El Puigmal desde Núria.
Para fin de año, había reservado unos días de vacaciones con la familia en el valle de Núria, un lugar idílico a 2.000 m de altitud en el Pirineo de Girona, sólo accesible mediante tren cremallera o por caminos de montaña. El sitio es absolutamente recomendable, y desde allí se pueden realizar numerosas excursiones, incluyendo la subida al Puigmal que, con 2.910 m, es la segunda montaña más alta de Catalunya. En invierno, también cuenta con una estación de esquí, pequeña pero muy poco masificada.

El lago

Fin de año en el valle de Núria
Las caminatas las tenía totalmente descartadas al no poder flexionar el pie sin dolor, pero una ligera mejoría me hacía pensar que quizá sí que me podría calzar las botas de esquí. Y, por suerte, así fue. Después de unas semanas de parón, volvía a hacer algo de deporte, disfrutando intensamente del esquí durante varios días.


Esquí en familia
Ya de vuelta, sigo sin poder correr. Ayer hice una salida de una hora en bicicleta de montaña y la aguanté bien, aunque con algo de dolor. Durante los próximos días intentaré alternar la bici de montaña y la de carretera, aunque no soy muy optimista, pues, aunque parece que duele menos, el tendón sigue molestando.

Por unos motivos u otros, ya han pasado 8 meses sin participar en ninguna carrera. Esperaremos con toda la calma posible lo que nos depare el nuevo año.

¡Feliz 2018!

4 comentarios:

  1. Bon any. Pas a pas. I petons sempre.

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  2. Mucho ánimo Arantza! Las tendinitis son muy latosas, pero no desesperes. Al menos has disfrutado practicando otro tipo de deportes! Me han encantado las fotos! Un abrazo muy fuerte!

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    1. Muchas gracias, Ainara, estoy empezando a hacer planes de bici, a ver si el tiempo acompaña. ¡Un abrazo!

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